Solo saben hablar de lo estúpido que puede sonar un para siempre o de que el humo del café siempre se disipa. Y sin embargo,
nadie habla de que hay olores que nunca desaparecen
ni de esas luces que nunca se apagan.
Del blanco y del negro,
pero joder, ¿nadie ve el gris?
Y de nosotros cariño,
de nosotros nadie habló,
entiende por qué.
No destruimos el cielo porque no llegamos a él.
No nos alcanzábamos,
no supimos darle la vuelta al universo para al menos así,
llegar lejos.