sábado, 13 de diciembre de 2014
Y mañana, ¿me querrás?
domingo, 9 de noviembre de 2014
Dile que aún así, le quiero.
sábado, 30 de agosto de 2014
Le estoy preguntando al destino porqué tuve tanta suerte contigo.
Que, ¿sabéis lo rota que estaba antes de que le dejase entrar? Y lo ordenado que parece que está todo ahora. Pararía relojes por estar con él tan solo para verle reír. Que, chicos, para qué mentir, adoro quedarme en silencio y que me mire preguntándose qué está pasando cuando solo quiero pensarle, sí, mirarle y pensarle. Pensar en lo mucho que le echo de menos aún teniéndole tan cerca, en el punto al que estoy llegando de necesitarle, de necesitar sus besos, de depender de sus brazos, que si supierais lo seguro que se ve todo desde allí, que hasta la vida parece bonita. Que falta tiempo para escribir, para decir y para sentir con él. Y que, no sabéis lo que me gusta vivir sabiendo que mis ganas se deben a él, y a su sonrisa. Y, tío, a su manera tan estúpida de reírse del mundo, cómo si estuviese invitándonos a todos a acompañarle.
Que no sabéis lo corto que se hace el tiempo a su lado y lo poco que dura; que si fuera por mí odiaría los días tan solo por lo rápido que pasan junto a él.
Y qué voy a contarles yo a ellos, que no saben lo que es un abrazo después de menos de 48h y sentir que ha pasado un año, que eso, eso no lo cambiaría por nada. Y que no tienen ni idea de lo que significa enfadarle y ver esa estúpida cara que pone de la que no consigo cansarme. Que no sé qué hace conmigo, pero que no quiero que deje de hacerlo.
El futuro es tan incierto como impredecible, que ayer contigo y mañana quizás la vida me eche de tu camino. Y que hoy, aquí, me conformo con haberle escuchado reír, con poder asumir que sus brazos son mi seguridad y él mi debilidad. Ha ordenado mi vida como nadie podía hacer, y creedme, eso no lo cambiará ni el tiempo.
lunes, 28 de julio de 2014
Que inventaría un calendario por pasar más días junto a ti.
domingo, 18 de mayo de 2014
Déjame decirte que no era necesario rompernos.
martes, 29 de abril de 2014
Cielo, cuéntale a él que porqué yo le llamaba así.
Que te quería de aquí hasta los margenes de los libros. Y mira las paredes tío, que no sé qué tienen que parecen llenas de ti, y ojalá fuese suficiente para llenar el vacío que hay en mí. Nos agotamos, siempre supe que me arrepentiría. No sé, todavía creo que quizás el tiempo podría habernos dado una oportunidad si no hubiesemos sido tan ansiosos, sí, ya sabes, «queríamos ser tanto que se nos olvidó ser algo».
Ellos juegan con corazones y nosotros jugamos con el destino, ingenuos. Le quisimos dar la vuelta al reloj pero cariño, se nos hizo tarde. Aún le grito al cielo, por si un día le da por volverse oscuro y ya no noto tanto el frío.
domingo, 20 de abril de 2014
Me lo prometo.
viernes, 28 de marzo de 2014
'Me enamoré de ti y qué importa si no es sano'
A quién le importa ya.
Ni que fuera fácil echar de menos. Te lo juro, estoy intentando aprender a vivir sin ti, pero ni si quiera sé como se hace. Y qué típica me volví, por mí más que por ti. Tengo la extraña manía de echarte las culpas de todo, y de dirigirme a ti, como si me fueras a leer, como si fueses a buscarnos de nuevo. Solo espero que no caigas en el maldito pozo del olvido porque no estaré para sacarte de ahí.
miércoles, 5 de marzo de 2014
La última letra, el último te quiero.
Él no era el típico chico que todas las chicas buscan, ese que conoces y lo último que se te pasa por la cabeza es enamorarte. No puedo hablar de su forma de caminar ni de como se perdía entre las miradas de la gente, pero sabía como calarte, dejarte huella sin poner un dedo encima. Adoraba su forma de hablar, de reír, y no porque fuese bonita sino porque venía de él. Que le he visto desde reírse de la gente hasta darlo todo por quien merecía la pena. No era el típico de un buenos días diario y se podía ir muchas noches sin deseartelas, pero estaba ahí. Llegué a encontrar el apoyo que necesitaba, sabía como escuchar, sabía quererme y joder, sabía como hacerme reír con esas estupideces que solo podían salir de él. No voy a mentir, adoraba hacerle enfadar, me gustaba que me hiciese sentir especial, la única entre tantas. Tenía sus días imposibles, como todos, y días en los que no esperaba hacer otra cosa que hablar con él. Desde pasivo hasta estresarse por la más mínima tontería. Va de duro sí, seguro de sí mismo y nadie sabe como se rompe cuando se lo propone. El orgullo por las nubes y la autoestima por los suelos. Me conocía sus límites y cuando estaba de más. Que me gané el título, que era mío y de nadie más. De noches imposibles a noches infinitas, de esas que marcan, de las que gustan. Me enamoré de cada parte de su ser, de como éramos uno, que de eso se trataba, de él para mí y yo para él. Cansada de decirles que eres la única persona que podría hacerme feliz de todo el universo y joder, ¿sabes lo grande que es? Y que hoy me encuentro aquí, con más de 7 meses de recuerdos a las espaldas, con sus 210 días y sus más de 5000 horas, que compartimos infinitas y te perdí en tan solo un segundo.
domingo, 2 de marzo de 2014
Como el que espera que solo te miren con los ojos.
jueves, 6 de febrero de 2014
Las heridas no siempre se ven.
domingo, 2 de febrero de 2014
Dime tú si el tiempo no es jodido.
Alguien dijo que todo vale la pena si te hace reír. Supongo que no lo escribió alguien que se cansó de pensar más que de hablar, debió hacerlo un optimista, aunque quizás no tanto, alguien que nunca entendió que la misma persona que te hace reír puede ser la misma que te haga llorar y supongo que alguien que nunca llegó a cuestionarse lo que merece la pena o no. Y es que empiezas por el cielo y acabas en el puto suelo. Dime tú dónde hay que aflojar, que es una constante contradicción. Dos mal y uno bien, y retrocediendo. ¿No íbamos a comernos el mundo? Joder, que me va a comer a mí. Que era yo quién te hacía despertar y ahora ni el tiempo lo consigue. ¿Me tienes que volver a perder para abrir los ojos? Deja de hablar tanto, no te está resultando.