martes, 9 de mayo de 2017

Ya le gustabas a mi corazón cuando aún no te conocía.

Llegaste un día y supe que te ibas. Me miraste y no me encontré, y desde entonces supe que estaba perdida. Tus ojos le estaban declarando la guerra a mi corazón y empecé a entenderlo todo. Tiraste directo al centro y volviste a dejarme con el corazón en la mano. Me recordaste una vez más porque no quieres quedarte y esta vez te he escuchado, te he vuelto a dejar ganar porque yo ya no puedo seguir corriendo. Me he cansado de ver la meta viendo como no vas a cruzarla conmigo. Así que vete, pero hazlo despacio y no hagas más ruido, desaparece antes de que llegue a dos, porque a la de tres querré estar contigo. Y diles que yo no te busco, que estaré bien sujetándome en otros brazos, que no esperaré que el destino te traiga de vuelta, que no les pediré que pasen de canción cuando suene la nuestra. Te escucharé y te creeré, pero no a mí.  



Contigo quiero inventarme
y reinventarme.
Porque contigo todo son ganas y no existe el miedo.

Quiero que nos olvidemos de los nunca
y de los siempre,
porque cualquier tiempo valdrá si me prometes que vas a quedarte.

Quiero que nos queramos,
bien,
sin peros ni condiciones,
y que
en ocasiones,
me eches de más para que luego corras a buscarme.

Quiero que seas tú,
sin olvidarte de ese yo que sólo tú has encontrado.




jueves, 7 de abril de 2016

Llegará.

Seamos sinceros, yo ya no quiero que te quedes y tú ya no quieres quedarte, seamos sinceros y rindámonos de una vez, porque ya no, ya no contigo. Seámoslo porque para mí ya no tiene sentido, la vida me duele muy dentro y ya no eres tú quien la llena. 
Seámoslo sólo porque yo ya me he cansado de perseguir los descosidos que no tienen arreglo, pero seámoslo porque tú no te dejas querer y yo no puedo quererte. Porque eres tú y no soy yo, porque no es una lucha entre nosotros sino contigo mismo. Y yo ya no quiero participar, no quepo en una guerra en la que perder, sólo me perdería a mí. Y hace mucho que no me encuentro y ya no quiero que me busques. 

Seamos sinceros pero sólo durante un ratito, porque yo sé y tú sabes que cuando mañana el café vuelva a parecerme frío, seguiré queriendo tomármelo contigo.

martes, 5 de enero de 2016

Solíamos ser.

Estoy atrapada, en ti, en mí, en nosotros, en lo que somos, en lo que fuimos, en lo que nunca volveremos a ser. Yo, que te seguí con los ojos cerrados, tú, que siempre supiste que te seguiría buscando, tirando de la cuerda que no podía romperse más, por ti, por mí, por no saber ser.
Yo que siempre fui un proyecto que nadie supo acabar bien mientras tú me prometías a ciegas que se arreglaría, que funcionaría, que esta vez sí que podríamos.
Y nosotros a la espera, de un golpe de suerte, mientras nos permitíamos odiar a la vida por todos los que ya nos había dado.
No paramos de jugar a las promesas y joder, no hemos dado ni una. Y es que contigo, me sé el precipicio de memoria y no sé si quiero o puedo escalarlo. He saltado tantas veces por ti, que ya he perdido la cuenta. He perdido las ganas, de ti, de mí, de nosotros, de intentarlo. Ya no hay motivos por los que querer querer. Estoy yo, vacía y a la espera de dejarme llenar. Estoy atrapada, sí, pero eres tú, que no me dejas salir.

miércoles, 25 de marzo de 2015

sólo espero no ser la pieza que te falte.

me fallé a mí misma por creer en ti más que en mí; por creer que teníamos solución cuando tú ya te habías cargado las reglas antes de empezar la partida. Que dejé que arreglases mis destrozos sin saber que un día serías tú quien volviese a destruirlos. Que aguanté que tropezáramos convencida de que en tus manos todo estaría bien. Y ahí fue cuando tú me fallaste a mí, cuando subí y subí, pensando que si caería tú me estarías esperando. Entonces supe que ya no volverías, cuando caí sin frenos a ciencia cierta de que al final de la pendiente no estarías para prometerme otra vida arriba. Pero déjame decirte el último punto de la carta de despedida: perder, perderás a muchas, muchas veces, pero a ella, sólo una vez.

domingo, 22 de marzo de 2015

no sé si eres tú o el alcohol que es malo, pero las heridas no se curan

no sé ni cuántas veces he rehecho la carta de despedida
y quizás es mi culpa, que no sé despedirme.
que yo no sé que va a ser de mí y de ti, de mi sin ti,
porque de ti estoy segura de que sobrevivirás;
pero que yo me he cansado de jugar a esconderme esperando y preguntándome que si así te daría por buscarme,
pero no,
tú nunca me volverás a querer encontrar.
y yo,
te juro que intento culpar a la vida,
que no pedí una contigo y que ahora no sé cómo deshacerme de ella. 
Que lo he intentado todo,
por ti más que por mí, 
que me prometí poder caer siempre que estuvieses ahí para levantarme; 
pero, ahora, tú,
dejaste de estar
y yo ya no sé qué hacer,
solo intento que entiendas que no se trataba de ver quien tiraba más fuerte sino de quien era capaz de aguantar más tirones,
y ya te digo que yo,
gané por goleada;
porque perder,
sólo te supe perder a ti.

martes, 3 de marzo de 2015

yo lo estoy intentando, pero no sé si puedo.

Miénteme y dime que no te has despertado ni un sólo día con ganas de volver. Miénteme y dime que ya no me necesitas, que te has cansado y que siempre pudiste vivir sin mí. Diles a todos que nunca fui especial, que no fui la única y que me quedé en un capricho más de tantos. Dime a mí que ya no me soportas, que te cansaste de mi olor y que empezaste a odiar mis manías. Pero sobretodo, miéntete a ti mismo diciéndote que ya has pasado página, que soy reemplazable y que no caerás en la rutina de quererme; que yo solo te voy a pedir, que si algún día te da por volver, no me mientas diciendo que vas a quedarte cuando tú y yo sabemos que a la mínima me vas a echar.