miércoles, 25 de marzo de 2015

sólo espero no ser la pieza que te falte.

me fallé a mí misma por creer en ti más que en mí; por creer que teníamos solución cuando tú ya te habías cargado las reglas antes de empezar la partida. Que dejé que arreglases mis destrozos sin saber que un día serías tú quien volviese a destruirlos. Que aguanté que tropezáramos convencida de que en tus manos todo estaría bien. Y ahí fue cuando tú me fallaste a mí, cuando subí y subí, pensando que si caería tú me estarías esperando. Entonces supe que ya no volverías, cuando caí sin frenos a ciencia cierta de que al final de la pendiente no estarías para prometerme otra vida arriba. Pero déjame decirte el último punto de la carta de despedida: perder, perderás a muchas, muchas veces, pero a ella, sólo una vez.

domingo, 22 de marzo de 2015

no sé si eres tú o el alcohol que es malo, pero las heridas no se curan

no sé ni cuántas veces he rehecho la carta de despedida
y quizás es mi culpa, que no sé despedirme.
que yo no sé que va a ser de mí y de ti, de mi sin ti,
porque de ti estoy segura de que sobrevivirás;
pero que yo me he cansado de jugar a esconderme esperando y preguntándome que si así te daría por buscarme,
pero no,
tú nunca me volverás a querer encontrar.
y yo,
te juro que intento culpar a la vida,
que no pedí una contigo y que ahora no sé cómo deshacerme de ella. 
Que lo he intentado todo,
por ti más que por mí, 
que me prometí poder caer siempre que estuvieses ahí para levantarme; 
pero, ahora, tú,
dejaste de estar
y yo ya no sé qué hacer,
solo intento que entiendas que no se trataba de ver quien tiraba más fuerte sino de quien era capaz de aguantar más tirones,
y ya te digo que yo,
gané por goleada;
porque perder,
sólo te supe perder a ti.

martes, 3 de marzo de 2015

yo lo estoy intentando, pero no sé si puedo.

Miénteme y dime que no te has despertado ni un sólo día con ganas de volver. Miénteme y dime que ya no me necesitas, que te has cansado y que siempre pudiste vivir sin mí. Diles a todos que nunca fui especial, que no fui la única y que me quedé en un capricho más de tantos. Dime a mí que ya no me soportas, que te cansaste de mi olor y que empezaste a odiar mis manías. Pero sobretodo, miéntete a ti mismo diciéndote que ya has pasado página, que soy reemplazable y que no caerás en la rutina de quererme; que yo solo te voy a pedir, que si algún día te da por volver, no me mientas diciendo que vas a quedarte cuando tú y yo sabemos que a la mínima me vas a echar.

domingo, 1 de marzo de 2015

Que fuiste, eres y serás mi deseo durante muchos cumpleaños.

Aún ando contando la de veces que he fracasado en todos mis intentos por hacer que te quedaras, sin preguntarme ni preguntarte que si nunca me habías buscado, nunca me encontrarías.
Y es que quizás, fuimos nosotros el problema, la x de la ecuación;
hablo de mí queriendo más vida contigo y de ti queriendo aprender a vivir sin mí.
Pero hoy, aquí y ahora, no voy a pedir que vuelvas; sólo dile a la vida, que ojalá que mañana nos volvamos a encontrar.

domingo, 25 de enero de 2015

hoy me digo que sí y al mundo que no

No puedo decir que no soy de estas cosas porque jodidamente, en mi vida siempre se aplican las mismas reglas. Tampoco escribiría uno de esos estúpidos testamentos que la gente hace para despedirse, cuando todos sabemos que ninguno somos capaces de desaparecer del todo.

Yo hoy vengo cargada de ganas, con la intención de decir todo lo que quiero y nunca digo, o aquello que digo y nunca quiero decir, ya sabéis, jodidas contradicciones.

No sé por dónde queréis que empiece, pero bueno, ni los finales ni los principios suelen gustarme. Los principios porque son intensos pero aburridos, y los finales porque, tío, ¿alguna vez habéis puesto fin de verdad a algo? Porque me empiezo a cansar, de vuestras mentiras, y de vuestras estúpidas falsas caídas cuando al final todos aprendemos a levantarnos solos.
Y qué típicos que sois, esperando siempre cerrar vuestras heridas releyendo una y otra vez cómo son como las de otros. ¿Y de verdad pensáis que vuestro roto no tiene arreglo?

Y ahora me venís hablando de emociones como si fueséis pioneros en experiencia, ni digáis lo que es saber que el mundo se acaba si ni si quiera sabéis lo que es recorrerlo. Y hablando de distancias no me refiero al espacio; que ese siempre está jodiendo planes.
Os quejáis del tiempo, y qué poco sabéis; que habláis del mismo sin saber medirlo en un abrazo de aeropuerto o un beso de bienvenida, que ni os imagináis lo que daría yo por poder pararlo en esos momentos que no valoráis y cuando no tenéis envidiáis.

Echarle por una vez cojones a la vida y asumir la que ha os ha tocado vivir, ¿tan difícil es sacar una razón buena entre un millón?


miércoles, 14 de enero de 2015

que yo con él me he conocido todas las estaciones del año,
que no aún no sé si existen salidas,
pero que no quiero encontrarlas,
que os juro que si por mí fuese
me llevaría la vida en el laberinto de sus brazos.