No soy tu una entre un millón.

Veces en las que me gustaría coger y aparecer ahí en tu puerta y darte ese puto abrazo que tanto espero, que necesito. Las cosas no son como esperamos, yo ya no sé que espero, ni cual es mi destino. Que sí que uno ni se enamora ni olvida del día a la mañana pero créeme cuando te digo que te quiero, que el sentido de la mitad de lo que hago eres tú, ¿qué son de mis noches si no estás tú haciéndome reír? ¿Qué serían de todas estas estúpidas ilusiones? Y de mis sonrisas por cada mensaje tuyo, ¿dónde quedarían? Me siento tan estúpida por esperar algún tipo de imposible, por creer que algún día te voy a tener, por quererte, por pensar que soy tu una entre un millón. Tú y yo no vamos a tener un final feliz, no seremos la excepción, vamos, la realidad no es la que tú y yo esperamos, es la que es, perdemos los dos, tú a mí por ser la que te quiere y yo a ti por ser la que quiere más de los dos.

¿Me permites un abrazo? Me lo debes.

Odio esa puta sensación de sentir que me falta algo y saber que la respuesta es tu nombre. Odio que todos lo tengan tan fácil y que yo no pare de correr tras lo imposible. Odio que mi destino acabe en ti, que el tiempo no haga más que jugar en mi contra y que mi corazón haga caso a todas esas tontas ilusiones. Odio que todo esto sea un hecho, que querer no sea poder porque algo me lo impide, odio tener que pensar en ti. Que no encuentre respuestas a todas estas tontas preguntas, que no necesite más que un abrazo y no poder tenerlo. Odio ese puto miedo a perderte, a que desaparezcas, a que las cosas cambien, a que un día despierte y ya nada sea igual.

1.

Y es que no hay más. Es que necesito de ti, de tus abrazos, que yo no me conformo con poco. Que tu destino voy a ser yo. Que me da igual con quien estés o dejes de estar porque yo voy a estar.