domingo, 9 de noviembre de 2014

Dile que aún así, le quiero.

Hoy me he levantado con ganas de que sea domingo,
por tener una excusa más con la que desperdiciar mi día;
que ya sabéis,
que qué mal nos sientan los domingos a todos.

Y tuve suerte,
es domingo
y encima él no está;
suena música,
de las de los días tristes,
pero me cansa, 
no paro de destruir canciones a causa suya.

¿Y yo qué hago?