por tener una excusa más con la que desperdiciar mi día;
que ya sabéis,
que qué mal nos sientan los domingos a todos.
Y tuve suerte,
es domingo
y encima él no está;
suena música,
de las de los días tristes,
pero me cansa,
no paro de destruir canciones a causa suya.
¿Y yo qué hago?