jueves, 17 de octubre de 2013

Si me das lo que me quitas, ¿qué nos queda?

Mi estado de ánimo no va más allá de un 'agotada'. Sí, agotada de luchar sola, agotada de sentirme fuera de todo, de que consigas tenerme lejos de todo lo que te rodea. Agotada, cansada, harta. De la puta rutina, de la misma historia repitiéndose una y otra vez, en un ciclo que no acaba. ¿Alguna vez te has preguntado qué sería de ti si todos estos tontos juegos acabasen? ¿Qué harías si un día llegas y ya no estoy? ¿Qué pasa si se hace tarde? Entonces no seré yo la que se arrepienta, quizás habrás conseguido perder a la persona que quizás fuese de las pocas dispuestas a dar todo por ti, quizás no sea perfecta, tenga días malos y días aún peores, de los que igualmente, tú nunca estás más allá de un te quiero. De los te quiero y de los mismos esquemas. Ya no te echo de menos como solía hacer, me has acostumbrado a tu ausencia, tanto que el día que desaparezcas será más duro el adiós que la propia vida sin ti.

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